Casi un millón trescientas mil personas reunidas en la calle de Velásquez daban ayer testimonio de su rechazo a la negociación que el Presidente José Luis Rodríguez Zapatero lleva a cabo con la banda terrorista esa y sus representantes políticos, Batasuna y derivados. Las banderas de España, incontables, y la actitud de la gente, lejos de la “crispación” estuvo en todo momento respetuosa y cercana a las víctimas.
Desde tempranas horas de la tarde la gente había empezado a acudir a la manifestación. Por supuesto todos aquellos que habían venido en docenas de autobuses desde todos los puntos de España. Faltaron por desgracia, las víctimas de Andalucía, reunidas en Córdoba, que luego anunciarían su apoyo a la marcha en la prensa.
En el primer número de la calle Velázquez era prácticamente imposible avanzar ya a las cinco. Una hora en la que la lluvia, fina hasta el momento, parecía desaparecer a ratos. Pero a poco a poco, el nudo se disolvía. Si nos costaba llegar a las esquina con Goya, a esa altura de la calle la gente quiso andar más rápido. Arropados unos en las banderas nacionales, otros agitando insignias de su lugar de origen, aunque hubo pocas ikurriñas, y en cambio más de una bandera valenciana.
Los gritos de “Zapatero embustero” y otros calificativos menos decentes fueron cosa de un minuto. Más de una vez se oyeron en cambio mensajes de apoyo a las víctimas: “No estáis solos”, una y otra vez.
Hacia las cinco y media habíamos avanzado poco. No llegábamos aún a Jorge Juan, y decidimos avanzar por Lagasca, más aligerada de gente aunque no por ello vacía. Nos reincorporamos a la marcha una o dos calles después, justo a tiempo para ver pasar a la cabecera de la manifestación, donde reconocimos a Alcaráz, a Pilar Elías y a Irene Villa, que se llevó varios piropos de los asistentes. Ni un paso detrás de la pancarta, la foto era impresionante: la marea de gente y banderas que llegaban con total seguridad hasta el principio de la calle.
Así somos capaces de unirnos para decirle a Zapatero lo poco que nos gusta lo que hace, lo poco que nos gusta cómo lo hace, y que no queremos negociación. Sin embargo, muchos comentaban en la calle “es que no le importa”. A Zapatero le da igual lo que hagamos los que no le importan, porque no nos ve como interlocutores. Para él sólo existen los batasunos y cualquier fuerza política, mientras no rebase el centro izquierda . Y aún así , como en el caso de Ciudadanos de Cataluña, si no sirven a su causa, tampoco cuentan.
La manifestación terminaba con los discursos de Agapito Maestre y Alcaráz mismo, en los que resumieron muy claramente los objetivos de su marcha. Estaban presentes la COPE, Libertad Digital Televisión, y una escurridiza reportera de Onda Cero, que se abría paso como podía, pobre mujer, entre el gentío.
Miguel Vinuesa.
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2 comments:
No a la paz! La guerra es progreso!
la paz de los asesinos, Tomatito? Porque creo que no usas la neurona cuando dices esa estupidez...
pero claro, si la Siniestra no funciona a base de slogans, no funciona...
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