LA NACIÓN: What Kischner wants

Para empezar, quisiera suybrayar que la crónica de Rodríguez Yebra podría comenzar no mencionando la lluvia, pero eso sería luchar contra tópicos...

Así que ya tenemos a Bush en la Argentina, por primera vez, y por no tan primera vez Maradona se echa a la calle a manifestarse. Sin duda servirá de mucho, y el mandatario norteamericano considerará sin lugar a dudas el replantearse el ALCA. Menos mal que tenemos a la mano de Dios.

Pero el que está verdaderamente preocupado en estos momentos no es Bush, ni siquiera Maradona, sino el Presidente Kischner que se juega el tipo en esta cumbre. Por un lado, tiene a sus alianzas filo-comunistas que el presionan para que mande todo ALCArajo, y por otra al FMI, del cual Argentina depende y que no esconde el que recibe directas influencias de Washington.

Es lo que en Ajedrez se llama una tijera: si mueves esta pieza, tienes dos posibilidades. Y las posibilidades de Kischner son (volver a) hundir al país en el lodo de la Miseria, pero contar con el inestimable apoyo del Coma-andante cubano y de su mascota venezolana, o bien el de poner las menos trabas posibles al ALCA y empezar a comerciar con la primera potencia mundial, ganándose el respeto de la mayoría de sus pares del continente, menos de Chávez y Castro.

Si tuviera dos dedos de frente, cosa que francamente dudo, se tiraría de cabeza a los pies de Bush. No sólo por contar con el FMI, sino porque la Argentina puede salir del hoyo de una sola manera: exportando lo que produzca. En cuanto sea rentable crear una empresa en la Argentina se van a terminar los planes "trabajar", por lo menos si se hace seriamente. Será más rentable trabajar que subsistir de las subvenciones a fondo perdido.

Y sólo entonces se podría recordar a Kischner como una persona un poco más decente que sus predecesores, aunque siempre, siempre pesará sobre él el haber atacado a la Iglesia con tan infame tenacidad, siempre quedará marcado por haber sido una fuerza directora de piqueteros.

Y además, sólo dibujamos el mejor de los escenarios posibles. Tengo muchas dudas que Kischner dé el 100% de visto bueno al ALCA. Ya saben. Él es así.

Miguel Vinuesa