Sí, sí. Lo que oyen: un bledo. Con una abstención como la que ha ocurrido en estas últimas elecciones, no cabe sino decir que ha sido la gran protagonista del día. No Mas, no Montilla-Nocilla -lo siento, Corbacho, pero el chiste era tan malo que ni tú te lo creíste-, ni Carod el Gnomo, ni siquiera el partido que se estrena en el Parlament, el de Ciutadans. Aunque sí aplaudiré a estos últimos por haber superado una auténtica campaña del silencio orquestada por los medios en Cataluña. Bien.
Ahora los políticos, todos muy cínicos, les dirán eso de que “que pena la alta abstención” y toda esa serie de patrañas encadenadas, que siempre que pasa algo así son las mismas. Bien que se lo callaron cuando a su adorado estatut no lo votó ni su p… madre. Ahora, en cambio, se llenarán la boca de dulcisonantes palabras para preguntarse “Por qué”.
Pues es muy sencillo. No fichen ustedes, hipócritas a estudiosos y sociólogos, que es tirar el dinero del contribuyente: se lo digo yo. No les han ido a votar porque media sociedad catalana está, hablando en plata, hasta las narices de ustedes.
Hasta las narices de que se hunda el Carmelo y hable ustedes dos minutos de 3 por ciento para luego callarse en la más mafiosa Omertá. Hasta las narices de que en Barcelona se pague el agua más cara de España, un agua infecta, dicho sea de paso, y ustedes debatan sobre si Cataluña es nación o no lo es. Hasta las narices de que hables español y te miren mal, y hablen de ti a tus espaldas, cuando no te corren a palos, y la lista sigue.
Media sociedad está harta de ustedes porque ningún dirigente quiere cambiar eso. Solo espero que esa apatía no se repita en la elecciones generales, pero esto pinta mal.
Miguel Vinuesa
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