Los delirios del Presidente Kischner rozan ya el sovietismo que tanto podíamos esperar de una persona como él. La manera de mantener los precios? Naturalmente presionando a los supermercados. Y no contento con hacerlo desde la Casa Rosada quiere que sus Comisarios Políticos estrechen el cerco aún más.
Y sino, ya lo saben... piqueteros. Resulta increíble, no obstante, que esto ocurra en una nación supuestamente democrática. Coto además no es el único objetivo del presidente, de un Kischer que se empeña en luchar contra viento y marea para parar la inflación. "Los gallegos", "los extranjeros", "las empresas de transporte", para Kischer todo es una amenaza. En este contexto me sorprende que no hayan querido reformar la Constitución para convertir a la Argentina en República Democrática, como Corea del Norte. Realmente asombroso.
Sólo un loco alejado de toda realidad podría deducir que la economía va como va "por la acción de unos empresarios especuladores" (dicho sin ningún tipo de vergüenza, para colmo), pero ¿de qué nos podemos sorprender ahora que Roberto Lavagna, que no era la salvación pero al menos era cuerdo, se fue? ¿Qué podemos esperar de un presidente que llama a la patronal de grandes empresas "cartel"?
Y por lo menos no todo el mundo está tan loco en la Casa Rosada. El populismo tiene un márgen cuando se dice que se quieren controlar también los aumentos de sueldo. Sin embargo el quid pro quo de toda esta cuestión es ridícula. Si se hicieran las cosas bien, si se adoptaran las medidas que Lavagna proponía, quizás se hubiera podido desembarcar en una solución positiva.
Pero no. Nos obstinamos en hacer las cosas mal, razón por la cual les aseguro que la luz al final del túnel es difícil de ver. Yo por lo menos, la veo muy, muy lejana.
Saturday, December 03, 2005
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