Camino a la perdición... pero no en celuloide

Cualquier ser sensato que preste oidos a las declaraciones de Macri, puede dejar de considerarse sensato, aunque sea por un intervalo muy corto. De acuerdo, caemos en el juego infantil de "tonto el que lo lée", dirán ustedes, pero es que la escuela primaria va camino de ser eso nada más, un juego en el que el alumno no aprende nada que le pueda preparar a lo que sigue, lo que deriva inevitablemente en el abandono escolar.

Siempre me resuñtó hipócrita aquél político que venía prometiendo tal o tal cosa, porque al final siempre son promesas sobre papel mojado. La "promesa" es un arma electoral absolutamente mortífera, con la que el político promedio amamanta a las masas, para obtener así un "beneficio" en las siempre todopoderosas encuestas. La clave del dominio: la encuesta.

Pero más hipócrita me parece el hipotecar ad aeternum el futuro de nuestros hijos que, no señores, no asistirán a la escuela privada a la que usted va a mandar a los suyos, y muchos menos hará un posgrado en Harvard, ingresando así en el club de los amigos de América, aunque sean hijos de Raúl Castro. El prometer, sabiendo como están las cosas y como van a estar, una educación primaria mejor, es o un engaño a otros, o bien a uno mismo. Por todos los antecedentes, yo me inclino por la primera opción.

Pero el día en que eso se resuelva, el día en que de verdad destinen una suma de dinero que ya hoy sería titánica, entonces veremos como no es una inversión que da fruto en 4 ó 5 años, que es lo que los políticos siempre desean (el corto plazo), sino en una generación o incluso dos. Entonces verán que la clase media se expande, no se achica como ahora, y podrán decir "hay progreso social".

Mientras sigan minando la única fuente de riqueza auténtica, el capital humano, no habrá libertad. Y si fue S. Pablo quien dijo in veritate libertas, dejen ustedes de mentirnos con patrañas sobre educación. Despellejense entre ustedes, que es lo único que hacen bien.

Miguel Vinuesa