De "fascinante" se puede tildar la respuesta de la Vicepresidenta del Gobierno a la manifestación. Es, como todo en este gobierno, una de cal, y otra de arena. Esta carta al director en ABC, el pasado Lunes, lo decía todo. Don Santiago, el que la firma, tiene las cosas claras "hasta hoy no entendí el significado de la palabra "talante". "Talante es, primero todo bondad. Tomo amabilidad. Talante es recibirte en la Moncloa, aunque no les abras tú la puerta (para eso tienes a los pobres diplomáticos, arruinandose cualquier perspectiva de cargo futuro respetable con otro partido). Talante es escuchar el sermón y no abrir la boca. Entrenar los mofletes para aguantar una hora sonriendo... et voilà.
Talante es, después, hacer lo contrario de lo que les prometes. Una puñalada por la espalda que les diga quién manda, quién es el Presidente... Pasó con Rajoy, pasó con la Iglesia y pasará con la CONCAPA también.
Porque, para este soberano estúpido, este imbécil que no ha medido ni una pizca las consecuencias de sus actos, todo aquél que no es "rojo", es una amenaza. Por eso, no es descabellado pensar que este gobierno se estrellará tan fácilmente como llegó al poder. Es ley de vida que un perdedor, como Zapatero, no puede mantenerse en el poder.
Al principio, la sociedad estaba narcotizada por lo que los comunicadores llamamos espiral del silencio. Creíamos que la mayoría pensaba en favor de Zapatero, y nos replegábamos en el silencio. Con tres grandes manifestaciones en menos de seis meses, ya no está tan claro que la mayoría de la opinión pública apoye a este individuo.
Y en su cadena de errores, Zapatero se ha buscado un enemigo que terminará por derrotarle. Con la iglesia no se juega porque quién siembra vientos, recoge tormentas. La misma Iglesia que Juan Pablo II llevó a la victoria paciente sobre el Comunismo en el siglo XX, es la que va a ver de la mano tampoco necesariamente enérgica de Benedicto XVI el fin de esta infame, y breve "era Zapatero".
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